Sinodalidad y Comunicación
Estamos agradecidos con el Señor nuestro Dios por la oportunidad que nos ha dado en estos días de participar al encuentro con los hermanos de las diversas realidades donde estamos presentes como Congregación.
La ocasión fue la Asamblea General que se celebró del 29 de agosto al 3 de septiembre de 2022 en la Casa General en Roma, donde nos reunimos 14 sacerdotes y 2 hermanos religiosos en representación de las diversas presencias en el mundo: Brasil, Filipinas, Francia, India, Italia, México, República Democrática del Congo, Uganda.
Ha sido un momento de gracia que ha servido para conocernos mejor, para rezar juntos, para evaluar el camino recorrido después del último Capítulo General, para programar los años de gobierno que quedan, compartiendo la vida comunitaria y nuestras experiencias. Todo esto en sintonía con el camino de la Iglesia que se está interrogando sobre la sinodalidad en su vida y misión.
Hemos tenido también la participación de personas externas a nuestra Congregación que nos han ayudado en este encuentro: el Padre Tomaž Mavrič, Superior General de la Congregación de la Misión (Lazaristas) que ha guiado la primera jornada de retiro espiritual; el padre José María La Porte, profesor de comunicación institucional en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, que nos ha hablado de la importancia de la comunicación para estar presentes en el mundo digital de hoy y, al amigo Massimo Ilardo, profesor y director de medios, que nos ha recordado algunas enseñanzas del Magisterio Eclesiástico al respecto y nos ha invitado a mostrar siempre vivo nuestro carisma de Misioneros Siervos de los Pobres.
La Asamblea concluyó con la celebración de la Santa Eucaristía presidida por Su Exc. Mons. Vincenzo Bertolone, obispo emérito de Catanzaro-Squillace y hermano nuestro. Su presencia siempre nos da impulso para afrontar los desafíos que se nos presentan y que debemos superar juntos.
Ahora es el momento de retomar el camino, más conscientes de lo que hemos hecho y de lo que todavía queda por hacer. Reconociéndonos frágiles y necesitados de ayuda divina, nos encomendamos a María Inmaculada Madre de la Misericordia, a nuestros Patronos San José, San Francisco, San Vicente y a nuestros Beatos Santiago Cusmano y Francisco Spoto: su intercesión nos obtenga los frutos esperados y nos guíe siempre en la adorable voluntad de Nuestro Señor Jesucristo, el «Verbo Humanado».
Oficina de Comunicación MSdP
