El Superior General de la Congregación de la Misión participó el primer dia de la Asamblea General de los Misioneros Siervos de los Pobres en Roma.
Del 29 de agosto al 03 de septiembre de 2022, la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres (Bocado del Pobre, fundada en Palermo por el Beato Santiago Cusmano (1834-1888), celebró el Capítulo intermedio, con un año de retraso respecto al plazo natural debido al Covid 19.
La primera jornada, el 29 de agosto, estuvo dedicada al retiro espiritual, animado por el Rev.mo Padre Tomaž Mavrič, Superior General de la Congregación de la Misión. Una presencia particularmente grata en cuanto el Cusmano, dando vida al «Bocado del Pobre» en las tres ramas: Misioneros, Hermanas, Laicos Asociados, tuvo como modelo y Patrono a San Vicente de Paúl, queriendo realizar en Palermo y en Sicilia lo que el Santo Fundador de la Misión realizó en la Francia de su tiempo. Por lo tanto, también nosotros de cierta manera formamos parte de la gran Familia Vicentina.
Y así, el padre Tomaž decidió hablarnos sobre cinco pilares de la espiritualidad de san Vicente que iluminan la del Cusmano: la Encarnación, la Santísima Trinidad, la Eucaristía, María, la Providencia. Cusmano se mueve en la misma línea: el Cristo «Verbo Humanado», pobre para elevar a dignidad al Pobre; la Santísima Trinidad, principio y modelo de comunión y apostolado, para crear una vida nueva, redimir al pecador, santificar y robustecer en la gracia; la Eucaristía, «pan partido» que debe partirse en el «bocado» material y espiritual; María «Fundadora y primera Superiora»; la Providencia que guía y protege.
Durante la Santa Misa, además, nos habló de la «Familia Vicentina» con sus actividades a nivel internacional y en particular del proyecto «13 casas» lanzado en el Simposio de octubre de 2017, exhortándonos a difundirlo y posiblemente realizarlo en alguna de nuestras comunidades en Italia o en el extranjero.
Estamos agradecidos al Padre Tomaž Mavrič por haber estado con nosotros y por habernos hecho respirar aire de casa, la del «Patriarca San Vicente», como el Cusmano llamaba al gran Apóstol de la caridad.
